martes, 18 de agosto de 2009

Para relaciones públicas sanas


Tony de Alba

Hace 20 años era inimaginable encontrar notas y reportajes de salud en los medios de comunicación mexicanos. De igual forma, no existían empresas de relaciones públicas que involucraran a la prensa con la industria farmacéutica.
De la conjugación de ambas circunstancias y encontrarse en el lugar preciso en el momento adecuado, le valió a Tony de Alba la oportunidad de poder comenzar a escribir la historia de su propia empresa.
Hoy en día la sede de SPIA se encuentra en el World Trade Center de la Ciudad de México; la empresa es comandaba por Tony y su brazo derecho, Evaristo Martínez, su hijo, quien es padre de la futura sucesora de las glorias de la agencia.

La elegida
La incursión de Tony en el periodismo médico sucedió en los albores de la década de los noventa cuando el dueño del diario Novedades, Don Rómulo O´ Farril, trajo a una empresa estadounidense que tenía la tarea de hacer del rotativo un medio de comunicación impreso más ágil y atractivo.
Con estos cambios, el subdirector del diario, Héctor Dávalos, tuvo que asignar a alguien para que escribiera sobre salud y medicina y pensó que Tony podría hacerlo simplemente porque su papá y hermanos pertenecen al gremio médico.
“El Novedades era el único periódico que abordaba los temas de salud, - o al menos no recuerdo otro -, en aquel entonces médicos e industria farmacéutica eran muy herméticos y no decían nada, razón que complicaba la tarea que me habían encomendado”, dice Tony.
Uno de mis hermanos le pidió a su jefe que por favor me ayudara. Fue así como Salvador Navarrete, que en ese entonces era el presidente de la Asociación de Directores Médicos de la Industria Farmacéutica, tomó el teléfono y le dijo a los doctores líderes de opinión que no me tuvieran miedo, pues solamente quería entrevistarlos para mi plana de los jueves.
La plana de salud era una gran novedad en la que se interesó el laboratorio alemán Boehringer Ingelheim Promeco, por lo que contrató algunas planas de publicidad. Sin embargo, al gerente de la empresa germana se le acabó el presupuesto e intentó persuadir a Tony para que aceptara dinero a cambio de que ella escribiera a favor de los fármacos de Boheringer. “No acepté, en vez de ello le propuse hacer una campaña que difundiría entre mis amigos de los otros medios y para entregar resultados juntaba lo que se había publicado, encuadernándolo en un librito.”

Si es Bayer, es bueno
Al mismo tiempo en el que Tony ejercía el periodismo escrito, la industria farmacéutica la buscaba para que ella organizara sus estrategias de comunicación y así fue como en 1991 se dio la creación de SPIA.
“Desde que abrimos la oficina hasta 1994 fueron años maravillosos porque yo no buscaba clientes, ellos me hablaban a mi. Con la apertura del Tratado de Libre Comercio y la toma de posesión de Ernesto Zedillo comenzaron los problemas porque las empresas de relaciones públicas extranjeras comenzaron a llegar al país”, dijo Tony.
Esa crisis fue terrible, - enfatiza -, me quedé con dos clientes, pedí prestado y tuve que vender todo lo posible para salir a flote. Nunca se cerró la agencia, en gran parte se lo debo a Bayer que siempre ha confiado en nosotros. Tony afirma, que la lealtad de la empresa que hace la Aspirina, se debe a que ella se ha esforzado por demostrar que las empresas mexicanas hacen lo mismo, y en ocasiones mejor, que los corporativos extranjeros. (KAME)

Conoce la historia completa: http://www.brakeover.blogspot.com/

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