martes, 18 de agosto de 2009

NO a la violencia


Es tu derecho
Por: Isabel Abad


Todo comenzó con palabras hirientes y golpecitos que apenas te dolían. Con el
paso de los días descubriste que tu “príncipe azul” es un carcelero. Te
controla, da órdenes y hasta decide que ropa debes usar. Revisa tus mensajes y
llamadas al teléfono celular.
Al principio creías que tu pareja hacia todo esto para que los demás hombres no te faltaran al respeto, según él, en las calles deambulan vividores y violadores, quienes están al asecho mujeres bellas e “indefensas” como tú.
Ahora te acosa, controla y manipula. Esta situación ha provocado que te consideres inferior a los demás y te preguntas ¿por qué a mí? Sientes que estás sola en el mundo, pues la persona a la que le juraste amor eterno te dio la espalda.
Al respecto, Marisol Alfaro, psicóloga del Instituto Nacional de las Mujeres del Distrito Federal, Unidad Xochimilco, dijo a Brake Over que los centros de INMUJERES promueven el respeto a la mujer, pues ninguna merece ser maltratada, humillada o denigrada.
“A través de terapias les enseñamos a redescubrir el valor que tienen como seres humanos”, apuntó, las ayudamos a superar traumas ocasionados por vivir en un entorno violento, tales como el síndrome de la indefensión aprendida, depresión, entre otros”.
Explicó que este es el primer paso, por lo que una vez que la mujer ha logrado revalorarse se le instruye en temas de equidad de género. Esto es porque las féminas, quienes han sido violentadas están muy enojadas con la sociedad, principalmente con los hombres. “No se trata de que venguen de los hombres, ni que los varones maltraten a las féminas, sino de vivir en una sociedad equitativa, en donde reine el respeto mutuo”, expresó Marisol Alfaro.
“En INMUJERES les enseñamos a las mujeres que hay una forma diferente de amar, la cual beneficia tanto a féminas como a varones. Se trata del amor nutriente, el cual promueve la libertad y el crecimiento de ambos”, destacó.

Tipos de maltrato
Para construir una sociedad equitativa es indispensable erradicar todos los actos violentos que perjudican a las féminas: violencia psicológica, emocional, patrimonial, económica y sexual. También deben acabar los disfraces del amor que son representados principalmente por los celos, mismos que son un síntoma de violencia, ya que éstos son una fuente de control. “Esa aparente muestra de amor es falsa, al igual que esa frase que dice: si te cela es porque te quiere”, afirmó Marisol.
Para no caer en situaciones violentas se debe aprender a identificar a los hombres golpeadores. Ellos se caracterizan por ser dominantes, tener baja autoestima, les da miedo la soledad, siempre justifican la agresión, no permiten que su pareja tenga el mínimo estatus o la misma posición social que ellos y no expresan abiertamente sus sentimientos, pues significaría restarle valor a su masculinidad.
Otras de las particularidades que los identifican es haber vivido en un contexto violento, en el cual “los niños observan la conducta de otros varones, quienes maltratan a las mujeres y a partir de esto aprenden que tienen más poder sobre las niñas”.

Las cifras
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 dice que casi una de cada cuatro mujeres mexicanas ha vivido violencia física y sexual a manos de su pareja. Dichos datos, proporcionados a Brake Over por Amnistía Intencional México (AIM), indican que 82% de las víctimas no denuncian ante las autoridades los casos de violencia doméstica a la que han sido sometidas.
Esto es porque en la mayoría de los casos, los funcionarios se niegan a aceptar las denuncias y cuando lo hacen la investigación es deficiente, así como el escaso cumplimiento de las medidas de protección.
De acuerdo con AIM, en muchos casos los funcionarios llegan a pedirles a las féminas que entreguen ellas mismas los citatorios a su agresor, a la par que deben de demostrar ante las autoridades que son víctimas de violencia.
Ejemplo de ello es el caso de Teresa X, quien en octubre de 2006 presentó una denuncia contra su hermano por agresión física ante el Ministerio Público de la comunidad de Alpuyeca, Morelos. El funcionario en turno recibió a la víctima mientras mantenía una conversación telefónica por otro asunto, es decir, casi le dijo ´pérame tantito´.
Una vez que el trabajador del gobierno terminó su charla le dijo a Teresa X que sería mejor si ella y su hermano se reconciliaban. Tiempo después, Teresa X recibió un citatorio que debía entregarle a su hermano, en la que lo convocaban a una reunión de conciliación.
Durante la reunión el funcionario en turno le dijo a Teresa X: “No lo denuncies, es tu hermano. Vas a causar problemas”. Por lo que agredida y agresor llegaron a un convenio, en el que él tendría que pagar la atención médica privada que ella había recibido, así como reponer las gafas que le rompió.
De acuerdo con AIM, de este caso no se elaboró ningún informe médico oficial de las heridas de Teresa X. Tampoco hubo registró pese a que el hermano ya la había agredido anteriormente.
Un caso similar fue el de Marcela O, quien el 31 de agosto de 2005 fue apuñalada por su exmarido. Este suceso la dejó paralítica durante cuatro meses. Antes de que ocurrieran los hechos, Marcerla O ya había presentado ante el Ministerio Público de Sonora más de 10 denuncias por los abusos que sufría pero todas las veces las autoridades le aconsejaban resolver directamente el problema con el agresor.
Tanto así que una vez le dijeron: “Cuando muestres el moretón levantamos la denuncia”. Tras el apuñalamiento, el ex esposo de Marcela O fue procesado por intento de asesinato y condenado a 10 años de prisión, pero ella ha apelado contra la duración de la condena, ya que teme que cuando esté en libertad, la encuentre y la mate.

La advertencia
Amnistía Internacional México subraya que las miles de mujeres mexicanas que sobreviven a la violencia en sus hogares están en peligro de sufrir nuevos abusos a manos de un sistema de justicia, que a menudo no toma en serio la seguridad de las féminas.
En dicho documento, la Directora adjunta del Programa para América de Amnistía Internacional, Kerry Howard, asegura que una ley no impide que las mujeres sufran palizas, violaciones y abusos a menos que se aplique rigurosamente tanto en el ámbito federal como en el estatal.
“Lo que las mujeres de México necesitan es que sus denuncias se tomen en serio y poder acceder a la justicia y a los mecanismos de protección como los refugios”, preciso Kerrie Howard.
Amnistía Internacional precisó que desde que se promulgó en febrero de 2007 la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia muchos estados han aprobado una legislación similar, pero todavía no han tomado medidas concretas para garantizar que la Ley cuente con financiamiento y reglamentos de cumplimiento adecuados.

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